Aviso de inutilidad pública


Estimad@s fieles adictos, esta semana Todos los Domingos, aparecerá el martes.

Lecturas domingo 16 de Diciembre

A nuestros fieles adictos pedimos perdón por la demora en publicar esta edición.
Tercer domingo de Adviento

Isaías 35, 1-6 y 10
Salmo 145
Carta de Santiago 5, 7-10
Evangelio según San Mateo 11, 2-11

Palabras más, palabras menos


Gran profeta es Juan, pero el más triste de los hombres. Cuando creyó que todo lo que había anunciado se cumplía –lo que, por definición, nunca le sucede a un profeta–, llegó a pensar que se había equivocado. Encerrado en la cárcel de Herodes, escucha la predicación de Jesús y duda. ¿Habré gastado mi vida en vano? ¿Mi predicación fue inútil? ¿Será este Jesús realmente el cordero de Dios que indiqué (Jn. 1, 29)? ¿Es posible que el Dios al que le dediqué mis energías sea distinto del que imaginé? Por eso envía a sus discípulos a preguntar: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”.

Y la respuesta es clara. Ahí donde Juan dice conviértanse, Jesús explica los ciegos ven. Ahí donde Juan vocifera raza de víboras, Jesús anuncia los leprosos quedan limpios. Ahí donde Juan grita no se hagan ilusiones, Jesús corrige por los sordos oyen. Ahí donde Juan exclama ya toca el hacha la base de los árboles, Jesús muestra que los muertos resucitan. Ahí donde Juan advierte él quemará la paja, Jesús nos dice yo anuncio a los pobres el Evangelio… ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!

La perla del desierto le achuntó al ‘quién’ –Jesús sí era el que había de venir–, por eso fue “el más grande de todos los hombres”. Pero no acertó en el ‘qué’, así “el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él”. Anunciar el Evangelio no se puede reducir a la conversión personal o creer que basta con ser buenas personas. La palabra profética no se agota en la moral. El que ocupa toda su vida en asustar y condenar empequeñece la Buena Noticia. Ante aquellos que exclaman enderecen los caminos, Cristo nos dice hay que virar izquierda. Es cierto “está cerca el Reino de los Cielos” (Mt. 3, 1), pero no en el más allá. Si queremos imitar a Jesús, que el enfermo sea bien tratado en el hospital, que el habitante de campamento tenga casa, que el separado se sientan acogido en la Iglesia, y que no haya quien no tenga de comer.


Andrés

Nota del Editor
: siguiendo en la línea musical, éste es el título de una canción del grupo “Los Rodriguez” (del cual Andrés Calamaro -que brindó un extraordinario concierto el domingo pasado- fue el líder).

Cinco

Vayan a anunciar a Juan lo que están viendo...

Vi tu rostro, y en tu rostro ardía el fuego.
Vi tu cabello, y de él fluía el viento.
Vi tus labios, y de tus labios brotaba el agua.
Vi tus ojos, y ellos sostenían la tierra.

Ignacio

Nota del Editor: Jesús no proclama la resignación sino que entregó su vida entera para que todos tengan vida.

Un misterio


En República Dominicana escuchaba a cada rato la expresión ‘Gracias a Dios’ o ‘Si Dios quiere’. Al llegar a Chile para mi recuperación, sin siquiera notarlo, digo muchas veces en el día “Gracias a Dios”, y no es solamente una expresión. Y me pregunto, ¿qué es Dios?... no sé, para mí... es un Misterio.

Cuando era pequeña, en el colegio San Vicente de Paul –donde me crié– las monjas para lograr mi buen comportamiento me decían: “Cristinita, pórtate bien que Dios está en todas partes”. Y así sin querer se formó en mí una imagen de Dios castigador.

Pasó el tiempo y nunca visité una iglesia. Hasta que un día, en Nicaragua, me emocioné al escuchar una especie de misa cantada del padre Ernesto Cardenal. La sencillez y el fervor de la gente me emocionaron y me hizo ver otra forma de Dios. Un Dios humilde, tierno y amable. Le vi forma de campesino nicaragüense.

Ahora en la adultez pienso que Dios es lo que él quiere ser y en cada uno de nosotros existe una idea de Él. Y es por ello que si tenemos una idea, lo complicado carece de sentido. Simplemente es. El estilo del pensamiento actual tiende a la complicación, a lo difícil, nada es sencillo, nada es fácil. Cuando quizás, en realidad, lo complicado es la consecuencia de una falta de vocación, de sinceridad, convicción, decisión, de fe.

En la dificultad, en la complicación se gesta el problema. El mundo es un problema, la cultura es un problema, la educación, el Transantiago es un problema, Dios es un problema, la enfermedad es un problema, la vida es un problema. Todo es un problema. ¡Oh, Dios mío, ¿quién podrá salvarnos?!

Y el problema es que no sabemos con-vivir con nosotros mismos, y lógicamente la con-vivencia con los otros es aún peor. Nos creemos dueños de la verdad absoluta y somos complicados. Y así transcurre la vida, en lo complicado, en la falta de sencillez, en la falta de vivir con la vida, y nos vamos poniendo mediocres, grises, desapasionados.

Con el correr del tiempo estoy aprendiendo a ver lo fácil en lo complicado; ver en lo difícil, moverme en lo complejo; pero sin prepotencia, simplemente con flexibilidad. Esa disposición de actitud distinta me lleva a la experiencia de sentir, de percibir, de darme cuenta... cómo la Fuerza Creadora, lo que llamamos Divino, está ahí, es ahí... es mi energía... es mi idea del Misterio...
Dios es lo que Él quiere ser.

Y así se deja expresar, en la contemplación o en el desespero de cada ser: Misterio.
No es complicado ni es difícil. Es Misterio... pero en Él se está, y en Él, recupero el sentido fácil, sencillo...de la vida.

No entiendo, pero siento. En la oración a mi manera, hablo, cuento, me comunico...con el Misterio. Y me responde el silencio de ese momento...medito y siento. No necesito palabras... simplemente está allí... esta aquí... está en mi corazón... y sigue siendo un Misterio.

Cristina Hurtado

Aviso de inutilidad pública


Estimad@s fieles adictos, esta semana Todos los Domingos, aparecerá el martes.