Lecturas Domingo 8 de Abril

Vigilia Pascual

Génesis 1, 1 – 2, 1
Exodo 14, 15 - 31
Salmo: Éxodo 15, 1 – 6 y 17 - 18
Ezequiel 36, 16 - 28
Carta de San Pablo a los Romanos 6, 3 - 11
Evangelio según San Lucas 24,
1 - 12

Lo mismo, pero al revés


Esta Semana celebramos el misterio Pascual. Al igual que Noé en el diluvio y Moisés en el desierto, la Iglesia ha pasado 40 días/años navegando en las aguas cuaresmales que preparan la llegada ‘a lo nuevo’. Después de este tiempo, por fin el arca toca suelo firme y el pueblo llega a la tierra prometida.

Por eso, no es casual que los evangelistas narren que Jesús también pasó 40 días en el desierto antes de su ‘nueva vida’. Y al igual que Noé y Moisés, Él fue probado en este tiempo previo al brinco apostólico. Es cierto que no pasó encerrado arriba de un barco o teniendo que aguantar los berrinches de un pueblo, pero sí se las tuvo que ver con el demonio mismo. Éste le ofreció todo el mundo si se arrodillaba delante de él; saciar su hambre si transformaba las piedras en pan, y el servicio angelical si se tiraba de la cima el Templo. Como buen delantero, Jesús esquivó todas las patadas.

Ahora bien: estas gambetas divinas no tienen un fin en sí mismo. Jesús ha venido para que el hombre tenga vida, y pone todos los medios para que esto sea posible. Por eso, cuando leamos este Jueves Santo que Jesús lava los pies de sus discípulos, estaremos reviviendo las tentaciones… pero al revés. Quien se negó a arrodillarse frente al diablo, toma una toalla y en cuclillas lava con cuidado los pies de cada uno de sus amigos. Se resistió, aunque le sonaban las tripas, a convertir las piedras en pan; sin embargo, en la última cena él mismo se vuelve pan para todos los presentes. Y, en vez de ángeles que podrían estar a su servicio, Cristo mismo sirve a sus discípulos.

Jesús niega todo al demonio para dárselo al hombre. Dios tiene muy claro cuál es su principio y fundamento, y no dudará en ordenar todo desde ahí.

Que esta semana podamos escuchar del Resucitado las mismas palabras que San Ignacio nos invita a rezar en los Ejercicios*, pero al revés: Toma, hijo, y recibe toda mi libertad,…

Mario

* La oración de San Ignacio de Loyola la puedes encontrar en la sección “comentarios” de este artículo.

En la velocidad del infinito


Y han corrido las horas y los días.
Y han corrido finalmente los años también.
Y han menguado mis fuerzas (y las tuyas no decaen).
¡Paren el tiempo! Que me quiero bajar, grité.

Y han pasado las angustias y los sueños.
Y han pasado los fulgores.
Y ya no hay reflejos.
Pero ha crecido tu presencia.
Y el umbral.


Ignacio

Una Semana Santa, día a día


No da lo mismo el lugar desde donde uno escribe. Por ejemplo, ahora estoy frente al computador, luego de ganar un partido de la Liga de fútbol en la cual juego con mis amigos. El resultado de mis reflexiones podría ser totalmente distinto, en cambio, si escribiera un día de semana después de una agotadora jornada de trabajo, luego de bajarme de un Metro colapsado o habiendo tenido que cruzar la Alameda en medio de gases lacrimógenos.

Pero si no da lo mismo el momento, mucho menos el lugar. Escribiría algo muy distinto si, en vez de ser abogado y estar pololeado, fuera una persona que día a día se está levantando más temprano para llegar a su trabajo y de igual forma tiene que esperar 30 minutos para esperar la micro o caminar 10 cuadras para poder viajar en un Metro que esta colapsado, o por ejemplo se es dueño de un pequeño kiosco o negocio que sufrió las consecuencias de jóvenes que ni siquiera saben que se está conmemorando.

Pero independiente de cuál sea nuestra realidad día a día, o de cómo haya sido la semana, qué distinto resulta analizar lo que está sucediendo si se tiene en cuenta al que carga la Cruz. Del mismo modo como el momento o el lugar cambia el modo de mirar la realidad, de la misma manera toda ella se carga de un tono especial dependiendo del ‘centro afectivo’ desde el cual miramos.

Espero que en esta Semana Santa, independientemente del lugar en que estemos, podamos mirar a Jesús en la Cruz. Que ese sea el prisma desde dónde reflexionamos y nos comprometemos con las cosas que están pasando en nuestro país, porque que distinto pueden llegar a ser las conclusiones cuando se hacen de tal cual lugar.

Jorge Arredondo