...al teatro, al teatro.

Fieles adictos (y adictos fieles), los invito a la obra "Job en Fragmentos" (donde está trabajando de iluminador Ignacio, no de acomodador como han creído algunos). Quedan las funciones del viernes 30 a las 20 hrs y domingo 2 a las 19 hrs (el sábado no habrá presentación para que se pueda llenar el Estadio Nacional en el cierre de la Teletón)...

El Editor


pd: abajo está la invitación del Director




Amig@s :
Les envió la invitación para la obra de teatro que llevamos preparando a lo largo de este año. El nombre de la pieza es "Job en fragmentos".

Básicamente consiste en una puesta en escena de teatro contemporáneo del poético relato bíblico de Job. La propuesta del trabajo ha sido el laboratorio, es decir, en la investigación escénica sobre los lenguajes más apropiados para transmitir las ideas y conflictos involucrados en un tema que siempre presenta aristas puntiagudas y que arriesgan cortarnos, como es el tema del dolor.

El trabajo lo hemos realizado con un grupo de actrices y actores de la Universidad Católica (estudiantes de teatro) y una actriz de la academia de Gustavo Meza. También hemos contado con la colaboración de personas del Instituto de Música, que han compuesto y ejecutarán música en vivo. Y los diseños han estado a cargo de gente de la facultad de arquitectura. El colectivo se llama Compañía Helarte, en alusión a la tierna temperatura del teatro en invierno.

La obra se presentará en el teatro del Colegio San Ignacio AO en una temporada que va desde el 16 de noviembre al 2 de diciembre De jueves a domingo. Las fechas de las presentaciones son:

Viernes 16 de noviembre a las 20 horas
Sábado 17 de noviembre a las 20 horas
Domingo 18 de noviembre a las 19 horas
Viernes 23 de noviembre a las 20 horas
Sábado 24 de noviembre a las 20 horas
Domingo 25 de noviembre a las 19 horas
Viernes 30 de noviembre a las 20 horas
Domingo 2 de diciembre a las 19 horas

Las entradas tienen un valor de $2.500 (público general) y $1.500 (estudiantes). Los recursos serán destinados para la retribución por el trabajo del equipo que ha estado involucrado en el presente trabajo. Somos 12 personas, entre actores, directores, músicos, productores y diseñadores. Además de solventar algunos gastos, que pueden surgir en la itinerancia que tenemos presupuestada en las vísperas de Navidad a la tercera Región. Como un modo de llevar espectáculos culturales a los lugares que no tienen acceso a dichos bienes.

Finalmente, me gustaría agradecer, a la DGE por su apoyo financiero y por la preocupación por el seguimiento del proyecto. A la FEUC por el apoyo financiero. Y a la facultad de Artes de la PUC , porque creyó en nuestro proyecto. También a la Compañía de Jesús, por el apoyo, y al colegio San Ignacio por facilitar el espacio.

Esperando poder brindar un espectáculo de buena calidad, e invitándolos a nuestras presentaciones.
Se despide

Rubén Morgado, sj
Director de la Compañía Helarte.

Lecturas domingo 25 de Noviembre

Celebración de Cristo Rey
2 Samuel 5, 1-3
Salmo 121
Colosenses 1, 12-20
Evangelio según San Lucas 23, 35-43

El capitán de su calle

Porque sabía que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza de la duda
”.

Aunque no nos guste, Jesús, le encuentra la quinta pata al gato, le saca peras al olmo, y nos enseña, una y otra vez, que las gallinas mean. El próximo domingo corresponde al fin del ciclo litúrgico (empezaremos uno nuevo en el Adviento), y la Iglesia cierra el año celebrando la “Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo”. Pero, curioso Rey tenemos para tan pomposo título, pues se muestra como tal en medio del dolor.

Esto es crucial en nuestra fe, ya que el Dios cristiano no está en un Partenón, alejado e indiferente a nuestros sufrimientos. Si Dios no está en medio del dolor... del dolor de la madre cuya hija se suicidó después que su bebé muriera de ‘muerte súbita’; del dolor del delincuente común, encarcelado en ‘Santiago 1’, del dolor de la mujer que ha sufrido una violación; del dolor del sacerdote, que lo busca en medio del dolor ajeno y no lo encuentra –que es un dolor redundante–; del dolor de Manuela, profesional exitosa, y a decir de todos, gran persona, pero que todavía no encuentra alguien que la quiera como se merece. Si Dios no está en medio del dolor, del dolor de la humanidad entera, de cualquier dolor, de nuestro dolor, no es Dios. No al menos no uno que valga la pena. Pero, ¿qué hace frente a tanto padecimiento? A veces pareciera que nada. Está atrapado en su cruz, con los brazos abiertos, pero inmóviles y los pies enraizados al madero. Está atrapado en esa cruz, que no es sólo suya. He ahí nuestra esperanza.

Sin embargo, Cristo, no solamente se hace solidario de aquellos que sufren, sino que –al morir como malhechor– invierte el orden establecido. Él nos obliga a cambiar el foco de la mirada: el Mesías no salva como todos lo esperaban, la vida se revela en la muerte, el delincuente nos está diciendo que es la sociedad la que funciona mal. En tiempos en que pareciera que lo que atrae votos es “la agenda corta anti-delincuencia”, y las voces gritan cada vez más fuerte “mano dura”, “cárcel”, “mayor contingente policial”, tal vez nos deberíamos preguntar en qué nos hemos equivocado como país antes de aumentar las condenas. Bienaventurados sean los que en el delincuente ven al Hijo de Dios, porque ellos compartirán con Jesús ¡hoy! en su Reino.

Andrés

* Nota del Editor: el título (y la cita) corresponden a la canción del mismo nombre de Joaquín Sabina.

Resurrección


Cuerpo de mujer
desnudo.
Tus brazos abiertos
ya no pueden acoger.
Teñida en sangre.
Atravesada.
Pelo revuelto tapa tu rostro.
Tu espalda no soporta el madero
donde te han recostado.
¿Por qué me has abandonado?
Gimen, por última vez, tus labios.


Ignacio

* Nota del Editor: La cita corresponde a palabras de Jesús en la cruz. Aparecen en Mc. 15, 34.

Señor, sálvanos… ¿de qué?


Este domingo, celebración de la fiesta de Cristo-Rey, la Iglesia nos instala de frente a la pregunta sobre el poder de Dios. ¿Cómo entender que un hombre que es el enviado de Dios, el Elegido, el Mesías, el rey de los judíos, heredero en la tierra de todo su poder, esté muriendo en una cruz? ¿Cuál es entonces el poder de Dios si no puede salvar ni a su propio hijo? Estas preguntas parecieron a los personajes del evangelio inexplicables. El hijo de Dios simplemente no puede morir en una cruz. Entonces Cristo no puede ser hijo de Dios: ¿Cómo en el momento de mayor oprobio su supuesto Padre no manifiesta su omnipotencia y lo salva de su dolor?

Los insultos y las burlas de las autoridades, los soldados y el primer malhechor son consecuencia de una incomprensión, de un desconcierto ante la locura de la cruz, que niega todos los parámetros de poder que solemos asignarle a Dios. Imaginar el poder de Dios a escala de los poderes humanos es el error que nos impide encontrar a Dios en el sufrimiento y la humillación. Y es que nos cuesta entender que un ser con tanto poder no huya del dolor, no se salve a sí mismo. Porque lo más seguro es que si cualquiera de nosotros tuviese el poder de escapar de una tortura como la cruz lo haría. Pues el poder, para nosotros, es sinónimo de salvación personal, de alcanzar una cierta seguridad, prestigio y posición que nos impida terminar en una cruz. Y exigimos a Dios, a partir de esta comprensión del poder, que nos salve según estos parámetros. Le pedimos que nos garantice éxito, que ahuyente de nosotros el dolor, que nos aparte de la humillación, que nos asegure la vida de acá.

Pero la cruz, y la respuesta de Jesús a las palabras del segundo malhechor, son manifestación patente de que esa salvación que muchas veces pedimos a Dios no es la que Él nos ha prometido. La salvación de Cristo no se encuentra en bajar de la cruz y escapar de la muerte sino en asumirla con confianza, sabiendo que la última palabra no es el fin de esta vida sino el comienzo de la vida eterna en el reino de Dios. Para el segundo ladrón, y para el mismo Cristo, la vida en plenitud junto al Padre era sólo una promesa. Y aún así ambos fueron capaces de confiar y ponerse en sus manos en el momento de mayor dolor. Hoy, después del tercer día, la Resurrección es una realidad viva. Nosotros, que heredamos el testimonio de la vuelta a la vida de este burlado y humillado, sabemos que la promesa está cumplida. ¿Viviremos a partir de ella o buscaremos salvación en otro lado? ¿Nos aseguraremos la vida o la entregaremos con confianza a nuestro Padre? ¿Qué salvación le pediremos a Dios?

Soledad del Villar