Grandes detalles



A mi abuela Ita

Cuando estaba en el colegio
todo los miércoles iba a almorzar con mis abuelos.
Lo delicioso era que yo podía imaginar el menú,
y mi abuela lo convertía en realidad.

La recuerdo sentada frente a las ollas
(tenía una enfermedad por la que no podía estar mucho rato de pie),
con una mano que no he probado después.

Me hacía hamburguesas de verdad,
no como ahora que se compran congeladas
(de ella aprendí que lo importante en la cocina
no es demorarse poco sino el resultado).

Todo lo condimentaba con harto ajo,
porque según mi abuelo era bueno para el corazón.

Se preocupaba de tener lo necesario para que yo me hiciera banana split:
plátano, helados de chocolate, manjar y vainilla,
duraznos en conserva, caramelo líquido, crema chantilly
y salsa de chocolate.

Pero lo que la distinguía eran las arvejas.
Se esmeraba en hervirlas justo antes de llevarlas a la mesa,
para que no ser arrugaran al enfriarse.

Mi esperanza es llegar a tener algún día
esa delicadeza
en mi relación con los demás.

Ignacio