“Procure entenderlo el que lee”
Mt. 24, 15.
Es, ¿quién lo discute?,
ridículo.
Que sean felices los que lloran
y los perseguidos.
Ridículo poner la otra mejilla,
entregarlo todo.
Ridículo es dejar crecer a la cizaña junto al trigo.
Ridículo que los que pierden la vida,
en realidad, la ganan.
Es, sin lugar a dudas,
ridículo.
Resucitar a los muertos.
Ridículo tratar de ser último
y no primero.
Ridículo es hacer fiesta por una sola moneda
o dejar 99 ovejas tras la perdida.
Es, total y absolutamente,
ridículo.
Pagar igual al trabajador experto que al principiante.
Ridículo amar al enemigo más que a uno mismo.
Querer nacer de nuevo.
Es
-a los ojos del mundo-
ridículo.
Ignacio
* Jesús resucita a la hija de un jefe de la sinagoga diciéndole: “talitha qum (que significa: niña a ti te digo, levántate)” Mc. 5, 41. Por otro lado, Pedro resucita a una mujer llamada Tabita en Hechos 9, 40.
** Los versículos del Evangelio que inspiran este poema se pueden encontrar en "comentarios".