AVISO DE INUTILIDAD PÚBLICA

A nuestros fieles adictos (pero también a los adictos fieles) lamentamos comunicarles que por razones de fuerza menor "Todos los Domingos" suspenderá sus emisiones hasta Agosto. Mientras tanto los invitamos a releer nuestros antiguos números....
El Editor

Lecturas Domingo 8 de Julio

Isaías 66, 10 - 14
Salmo 66
Carta a los Gálatas 6, 14 - 18
Evangelio según San Lucas 10, 1 – 12 y 17 – 20

Encierro


En un cuento magnifico, Julio Cortazar describe cómo un tipo queda atrapado en su chaleco mientras se estaba vistiendo y cómo queda atrapado en una ‘jaula textil’. Mientras su señora lo espera en el primer piso del edificio, el protagonista del cuento no sabe cómo meter la mano izquierda en la manga y la cabeza no logra saber si el cuello está por el derecho o el revés. “No se culpe a nadie” está tan bien escrito, que el lector termina igual de sofocado que el protagonista. Para este hombre, un simple chaleco azul se transformó en su lugar de encierro.

Supongo que esta sensación de ahogo no es desconocida para nadie; la mayoría nos hemos quedado encerrados alguna vez. Sin embargo, existe un tipo de encierro que es, por decirlo así, metafísico: esa imposibilidad de salir de uno mismo, aun sabiendo cuál es el camino de salida. No me refiero a quedarse encerrado como el mago Oli en ‘El festival de la Una’, sino al ahogo existencial que se produce cuando las fuerzas del alma, en vez de volcarse impetuosas a la acción, se vuelven contra uno y amarran. Es un encierro producido por tensión de energías, por tener mala la llave de paso que encausa todo el amor y la rabia. Este ahogo es muy peligroso porque es autodestructivo.

Para zafarse de estas prisiones invisibles -pero no por eso menos poderosas-, requerimos la ayuda de los demás. Aunque algunos estimen suficientes sus propias capacidades, el único antídoto eficaz frente a cualquier encierro es la compañía y el cariño de los otros. Cuando llegamos abatidos porque el mundo no cambia y los empeños caen en tierra de nadie, el amor de los demás renueva y salva.

Este domingo, Jesús llama y envía discípulos a ‘hacer compañía’ a quienes viven encerrados en no se qué chalecos. ¿Por qué no les pegamos una ayudadita a estos 72 misioneros que, aunque vean milagros todos los días, se desaniman al ver tanto ‘chaleco de fuerza’ sin desatar?

Mario

Acá está el video del mago Oli

http://www.youtube.com/watch?v=xjXm9kDY-Jc

El traje nuevo del emperador

A la más absoluta desnudez

El rey no estaba vestido.
Mostraba sus vergüenzas.

El rey no estaba vestido.
La muchedumbre
–que antes lo aclamara–
se burlaba de él.

El rey no estaba vestido.
Cómplices fueron los seguidores
que callaron.

El rey no estaba vestido.
Sortearon su túnica
antes de crucificarle.


Ignacio