El capitán de su calle

Porque sabía que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza de la duda
”.

Aunque no nos guste, Jesús, le encuentra la quinta pata al gato, le saca peras al olmo, y nos enseña, una y otra vez, que las gallinas mean. El próximo domingo corresponde al fin del ciclo litúrgico (empezaremos uno nuevo en el Adviento), y la Iglesia cierra el año celebrando la “Solemnidad de nuestro Señor Jesucristo, Rey del Universo”. Pero, curioso Rey tenemos para tan pomposo título, pues se muestra como tal en medio del dolor.

Esto es crucial en nuestra fe, ya que el Dios cristiano no está en un Partenón, alejado e indiferente a nuestros sufrimientos. Si Dios no está en medio del dolor... del dolor de la madre cuya hija se suicidó después que su bebé muriera de ‘muerte súbita’; del dolor del delincuente común, encarcelado en ‘Santiago 1’, del dolor de la mujer que ha sufrido una violación; del dolor del sacerdote, que lo busca en medio del dolor ajeno y no lo encuentra –que es un dolor redundante–; del dolor de Manuela, profesional exitosa, y a decir de todos, gran persona, pero que todavía no encuentra alguien que la quiera como se merece. Si Dios no está en medio del dolor, del dolor de la humanidad entera, de cualquier dolor, de nuestro dolor, no es Dios. No al menos no uno que valga la pena. Pero, ¿qué hace frente a tanto padecimiento? A veces pareciera que nada. Está atrapado en su cruz, con los brazos abiertos, pero inmóviles y los pies enraizados al madero. Está atrapado en esa cruz, que no es sólo suya. He ahí nuestra esperanza.

Sin embargo, Cristo, no solamente se hace solidario de aquellos que sufren, sino que –al morir como malhechor– invierte el orden establecido. Él nos obliga a cambiar el foco de la mirada: el Mesías no salva como todos lo esperaban, la vida se revela en la muerte, el delincuente nos está diciendo que es la sociedad la que funciona mal. En tiempos en que pareciera que lo que atrae votos es “la agenda corta anti-delincuencia”, y las voces gritan cada vez más fuerte “mano dura”, “cárcel”, “mayor contingente policial”, tal vez nos deberíamos preguntar en qué nos hemos equivocado como país antes de aumentar las condenas. Bienaventurados sean los que en el delincuente ven al Hijo de Dios, porque ellos compartirán con Jesús ¡hoy! en su Reino.

Andrés

* Nota del Editor: el título (y la cita) corresponden a la canción del mismo nombre de Joaquín Sabina.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Aquí estoy cada día recuperándome más y más. Es un milagro?....Aqui te envío algunas reflexiones sobre eso.

En República Dominicana escuchaba a cada rato la expresión "Gracias a Dios" ó "Si Dios quiere". Al llegar a Chile para mi recuperación, sin siquiera notarlo,digo muchas veces en el día "Gracias a Dios"" y no es solamente una expresión.
Y me pregunto, ¿que es Dios?...no sé, para mí...es un Misterio.
Cuando era pequeña, en el colegio San Vicente de Paul- donde me crié- las monjas para lograr mi buen comportamiento me decían- "Cristinita, portate bien que Dios está en todas partes...". Y así sin querer se formó en mí una imagen de Dios castigador.

Pasó el tiempo y nunca visité una iglesia. Hasta que un día,en Nicaragua,me emocioné al escuchar una especie de misa cantada del padre Ernesto Cardenal. La sencillez y el fervor de la gente me emocionó y me hizo ver otra forma de Dios. Un Dios humilde, tierno y amable.Le vi forma de campesino nicaraguense.
Ahora en la adultez pienso que Dios es lo que él quiere ser y en cada uno de nosotros existe una idea de El.Y es por ello que si tenemos una idea, lo complicado carece de sentido.Simplemente es.

El estilo del pensamiento actual tiende a la complicación, a lo difícil, nada es sencillo, nada es fácil.Cuando quizás, en realidad lo complicado es la consecuencia de una falta de vocación, de sinceridad, convicción, decisión,de fé.
En la dificultad, en la complicación se gesta el problema.El mundo es un problema, la cultura es un problema, la educación, el Transantiago es un problema, Dios es un problema, la enfermedad es un problema, la vida es un problema.Todo es un problema.¡Oh Dios mío quien podrá salvarnos!

Y el problema es que no sabemos con-vivir con nosotros mismos,y lógicamente la con-vivencia con los otros es aún peor. Nos creemos dueños de la verdad absoluta y somos complicados.Y así transcurre la vida, en lo complicado, en la falta de sencillez, en la falta de vivir con la vida,y nos vamos poniendo mediocres, grises, desapasionados.

Con el correr del tiempo estoy aprendiendo a ver lo fácil en lo complicado ; ver en lo difícil, moverme en lo complejo; pero sin prepotencia, simplemente con flexibilidad. Esa disposición de actitud distinta me lleva a la experiencia de sentir, de percibir, de darme cuenta... cómo la Fuerza Creadora, lo que llamamos Divino, está ahí, es ahí...es mi energía...es mi idea del Misterio...
Dios es lo que Él quiere ser.
Y así se deja expresar , en la contemplación o en el desespero de cada ser: Misterio.
No es complicado ni es difícil. Es Misterio... pero en Él se está, y en Él, recupero el sentido fácil, sencillo...de la vida.
No entiendo, pero siento.
En la oración a mi manera,hablo, cuento, me comunico...con el Misterio. Y me responde el silencio de ese momento...medito y siento. No necesito palabras...simplemente está allí...esta aqui...está en mi corazón...y sigue siendo un Misterio.