Peligrosa amnesia

Es tan fácil olvidar que naciste en un pesebre.
Es tan fácil olvidar que fuiste un desconocido carpintero.
Es tan fácil olvidar que no convertiste en pan las piedras
(pero sí el agua en vino).
Es tan fácil olvidar que nos enseñaste a no ser los primeros.
Es tan fácil olvidar que no te defendiste cuando te acusaron.
Es tan fácil olvidar que unas sábanas ordenadas en el sepulcro
fueron la esperanza de los que te seguían.
Y que te reconocieron recién cuando mostraste tus heridas.

Ignacio

Nota del Editor: las citas bíblicas están tomadas de Lc. 2, 16; Mt. 13, 54-58; Lc. 4, 3-4; Jn. 2, 7-9; Lc. 14-7-11; Mc. 15, 3-5; Jn. 20, 7-8; y Jn. 20, 19-20.

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