A la ofensiva


Es completa y absolutamente necesario profanar los libros.
¡¿Qué hacen ahí guardados como reliquias?!

Sáquenlos a la calle,
que se lean a viva voz.
¡Proclámenlos en vez del periódico!

Escriban sobre sus páginas,
subráyenlos.
No los dejen vírgenes al sentimiento,
estériles a la acción.
¡Que sus palabras se hagan carne!

La poesía no debe ser hija de la reverencia
sino cómplice de un nuevo mundo.

Ignacio

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Corcuera!
Podrías decirle a la Paula Larraín que escriba acerca de la experiencia de las bibliotecas en campamentos. ¿Qué ha pasado con los libros ahí? ¿Han sido guardados con llave o los niños y adultos los aprovechan? ¿Permiten subrayarlos o no se deben tocar? etc.
Saludos y cuídame la casita

Chumi