Debut y despedida

Como es la primera y la última vez que escribo un comentario en Todos los Domingos, me puedo dar algunas licencias. Normalmente nos inspiramos en el evangelio del domingo próximo, yo comentaré el anterior. Primero y último, de eso se trata.

El Evangelio de ayer es fuerte, en pocos pasajes vemos la humanidad de Jesús tan sorprendentemente como en éste. El maestro bueno desprecia, en un primer momento, a la mujer cananea (pues considera que su misión es solo "para las ovejas perdidas de Israel"), pero después, gracias a la insistencia de ella, lo reconsidera y sana a su hija. ¿No había sufrido él también prejuicios por el lugar donde nació? Cuando se presentó como profeta la gente comentaba: “¿De Nazaret puede salir algo bueno?” (Jn. 1, 45). Esta madre le recordó que él eligió ponerse del lado de los despreciados de la historia, no por sus méritos, sino por ser precisamente despreciados. No podemos olvidar que los preferidos de Dios son los marginados, los excluidos, los diferentes, los discapacitados, los que no tienen acceso a este blog. Primeros y últimos, de eso se trata.

Jesús se encarnó para decirnos que la salvación no viene del lado que nosotros creíamos, no llega desde el poder, no parte desde los puros e intachables, no chorrea desde los prestigiosos, no proviene desde los que escriben bien. Los primeros salvados no son los que tienen grandes ideales o se la juegan por superar la injusticia. Su predicación golpeó a la rígida sociedad donde vivió, porque quiso mostrarles que los salvados no son los que todos alaban. Si nos fijamos bien en los evangelios, su lenguaje no es almibarado, sino directo y punzante. Él le dijo al pan pan y al vino vino, aún cuando era lo políticamente incorrecto, él criticó a los de su tiempo por ser insensatos y necios, y echó a los comerciantes de la casa de Dios, para que pudieran entrar los pobres (aunque ellos construyeron nuevos templos). Primeros y últimos, de eso se trata.

En estos días de lluvia, mientras unos van de compras buscando la parka de moda, otros pasan frío… ¿y Jesús? Él pasó frío, nació en una cueva desnudo, y desnudo murió en una cruz. Pero, si se identifica con los excluidos es porque los acepta a todos. Al estar con los que se retrasan no deja de lado a los primeros. Ahora que están en el centro de nuestras miradas las carreras de velocidad, debemos reconocer que él felicitaría al último que atraviesa la meta... si el que llegó primero se va, se pierde la celebración. El que ríe último hace que la risa esté completa, el que ríe último hace que riamos todos juntos, en eso consiste el Reino de Dios, en que nadie quede fuera de la fiesta. Primeros y últimos, de eso se trata.

Que los primeros que lleguen al cielo –que son los últimos de este mundo– rueguen por nosotros, que nos creemos buenos. Primeros y últimos, de eso en realidad no se trata, sino de cómo él busca incluirnos a todos.

Ignacio Corcuera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me llegan mails del editor todos los domingos, y nunca habia leido uno, ahora primera vez que lo hago, y no saben como he gozado, y realmente me ha hecho pensar. Nacho Corcuera, fui contigo a trabajos de Un Techo Para Chile el año pasado en Los Sauces, déjame felicitarte, porque creo haber escuchado muchas veces lo que escribiste, pero nunca tan claro como ahora...

Saludos!