A mi mamá.
Quiero estar de nuevo en tus brazos, madre,
como cuando me protegías del mundo
y bebía de la vida que brotaba de tus pezones.
Quiero que con cariño me vuelvas a enseñar a caminar
y que me levantes como lo hacías cada vez que tropezaba.
Quiero aprender nuevamente las palabras de tu boca
y repetir las plegarias junto a ti.
Quiero que me acojas, madre,
como lo hacías con los mendigos cuando tocaban nuestra puerta.
Quiero comer como antes de tu pan
que imitándote aprendí a compartir.
Quiero ver desde tus ojos, con paciencia,
la semilla de mostaza crecer y al jornalero podar la vid.
Quiero que me recibas, madre,
cuando baje
muerto
de esta cruz.
Ignacio
Nota del Editor: este poema está escrito inspirado en el cuadro de Guayasamin que tiene ese título.
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