Como piedra en el agua

(…seca por dentro)

Si nunca nos persiguen.
Si jamás pisamos callos.
Si los reclamos que hacemos contra el sistema
son funcionales al sistema.
Si nuestra proclamación no incomoda.
Si el trato que tenemos con los poderosos es de tú a tú
–y solo para pedirle favores–.
Si todo el mundo nos felicita por lo “lindo” que hablamos.
Si no somos mirados como bichos raros
por ser consecuentes con nuestras convicciones.
Si ni siquiera una vez nos han tratado de ilusos idealistas.
Si vivimos preparando los discursos
para no ofender a los bienhechores.
Si nuestras utopías no calientan a nadie.
Si no nos sentimos incomprendidos
–y la sociedad nos pone como modelos a seguir–.
Si lamemos botas en vez defender a los excluidos.
Si nuestras palabras no se convierten en piedra de escándalo.
Si los sueños de justicia que teníamos
llegaron solo hasta ingresar al mercado laboral.
Si los reyes del marketing nos miran con buenos ojos.
Si vivimos justificándonos.
Sí, somos infieles.

Ignacio


* Nota del Editor: el título (y la bajada de título) pertenecen a la canción “Ella usó mi cabeza como un revolver” de Soda Stereo que, dicho sea de paso, lamentablemente no tocaron en su último recital.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Si no vienes a misa a la comunidad de la Toma, si no asistes a la eucaristía de la Comunidad Enrique Alvear en su nueva ubicación precordillerana, Ignacio, te olvidaremos para siempre,sí, para siempre.

P.G.

Anónimo dijo...

De acuerdo, ¿a qué hora es la misa?
Ignacio