Aumentanos la fe


Con frecuencia he tendido a unir la fe con situaciones de privilegio o comodidad de vida. Espero que el Señor premie mi fidelidad y cercanía, haciéndome un personaje destacado y con una vida envidiable por lo cómoda y regalada. Frente a las dificultades o problemas busco un señal o acción clara de solución, porque soy fiel.

Cuánto me cuesta entender que es el mismo Dios el que me invita a vivir mi fe como hijo y como hermano.

Con el tiempo he llegado a ver mi fe como una situación parecida a la amistad o a la relación de pareja. La fe, así como el amor, se inicia con una relación de sentimientos, pero esa relación debe pasar a contactos adultos y plenos.

Amo a Dios y creo en El, pero también decido, día a día estar en su presencia y tener conciencia de su cercanía. Necesito hacer diversas cosas para que esa fe tenga consecuencias en mi vida. Debo, cada día, tomar la decisión de creer, cada día tomar la decisión de amar, cada día aumentar esa fe y ese amor.

No saco nada con decir "tengo fe", "aumenta mi fe", si no estoy dispuesto a vivir cada día, en cada cosa que haga, la presencia real de El.

Me es muy fácil mirar cómo los demás hacen cosas que no se coordinan con la fe; pero me es muy difícil ver cómo yo, cada día no vivo como un creyente y como un hijo de Dios.

Señor, aumenta mi fe y hazme cada día más un servidor tuyo, de tu Iglesia y de tus hijos. Aumenta mi fe y ayúdame a vivirla cada día con más oración y en el gozo de la eucaristía. Ayúdame a ser fiel como Pablo, guardar la fe que me haz regalado, haciéndola servicio.


Ignacio Corcuera Pérez

Nota del Editor
: para los que piensan que esto parece circo pobre, este comentario no fue hecho por el Ignacio Corcuera que escribe normalmente en este blog, sino por su padre .

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