Sin nombre


¿Puedo escribir un poema sobre el niño en el pesebre

después que Igor muriera bajo la cama
cerca de un pan
y seco de hambre?

No, no puedo.

Ignacio

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El niño del pesebre, Jesús...
al leer el poema me acorde de otro Jesús, me lo encontre ayer, en Parinacota...
Lo conoci hace años, cuando él tenia 13...
Nunca fue niño, ni tio de colonias, si nuestro ayudante, siempre fiel, cariñoso y preocupado por los tios y tias.
Una vez nos hizo llorar a varios porque quizo aportar a pagar el remedio de un tio (el que seguro aun guarda los $100 que el Jesus dio para eso)
Su familia traficaba, él empezo a consumir pasta, le perdimos la pista y ocasionalmente me lo encontraba en la esquina, siempre me saludo con cariño...
Hace como un año lo volvi a encontrar, ya mayor de edad, venia saliendo de la Peni, habia asaltado una casa e intimidado con armas a las personas.
Estos dias estuvimos en colonias y nos robaron un megafono y 5 mochilas.
El Jesús se entero y fue a buscar a una de las sras que trabaja con nosotros, se comprometio a buscar a quien habia sido y devolvernos todo, tenia que aparecer todo, dijo, porque él habia trabajado ahi y era responsable de cuidarnos.
Más tarde me lo encontre, pregunte por su vida (hay veces que quisiera no haber preguntado), habia estado tres veces preso, asalto, porte de armas, cosas sencillas me dijo él.
Este año no habia matado a nadie, pero el año pasado si.
Al hablar del robo, me dijo que ya sabia quienes eran, y que tenia listas las pistolas para ir a buscarlos (y no era broma). Le dije que no queria eso, que si era así daba lo mismo que las cosas se perdieran. Pero se nego, "esa es su ley, yo aprendi mi ley en la calle, y esto es en mi ley".
"TENGO QUE RECUPERAR SUS COSAS, PORQUE SON DE USTEDES Y NO SE LAS PUEDEN SACAR"

No supe que decir, ni como hacerle entender, que agradesco y valoro el cariño, y la fidelidad que hay detras de eso, pero que la forma, los hechos, me entristecen profundamente.

Es injusto que él niño que conoci, para el que fuimos y seguimos siendo importantes, sea el mismo que va a cuidarnos a punta de pistola.

Es injusto, poque si bien hoy es adulto y puede entender y decidir lo que hace, no puedo sino cuestionarme cuanta libertad tuvo para realmente elegir su vida.

Al mirarlo a él, y despues mirar a todos/as los/as niños/as que estaban en colonias, no puedo dejar de preguntarme por su futuro, por lo que hacemos, y por si nuestra apuesta por la vida dara fruto.

¿Como llevar al niño del pesebre a Parinacota, al Jesús, a los volados de la esquina, a los que nos robaron...?

Anónimo dijo...

... se pudo ...