Sabios y entendidos


Desde que nacimos estamos aprendiendo. Aprendimos a hablar, a caminar, a sentarnos bien en la mesa, a ser caballeros o señoritas, a mirar antes de cruzar la calle, a no hablar con desconocidos. Aprendimos a no salirnos de los esquemas, a no desubicarnos. Aprendimos que para aprender tenemos que ser metódicos, y que para tener éxito hay que seguir el camino correcto.

Nos llenamos de técnicas para enfrentar la vida con certeza y sobre todo para no olvidar lo que hemos aprendido. Sabemos que para que nos vaya bien tenemos que estudiar. Que para caer bien tenemos que mirar sonrientes y ser simpáticos. Que para ser aprobados tenemos que hacer lo que hacen los demás, y que antes de hacer algo tenemos que pensarlo dos veces. Buscamos la forma de no embarrarla. Incluso sabemos que para aprender tenemos que equivocarnos. Y mientras más aprendemos, tenemos más certezas.

Poco a poco nos vamos armando. Ya aprendimos lo suficiente, ya estamos creciditos. Ahora tiene más mérito afrontar las cosas solos. No necesitamos que nos expliquen. Conocemos la estructura, y creemos que mientras más sepamos, seremos independientes, autosuficientes y no necesitaremos de los demás. Solo así obtendremos la libertad que tanto anhelamos. Ganamos merito mostrando ese saber afrontar la vida sin los otros. Nos transformamos en sabios y entendidos, porque hemos aprendido a valer por nosotros mismos.

Y se nos olvida lo fundamental. Se nos olvida lo que nos dijo quien más sabía. Se nos olvida que no hay más certeza que el total misterio. Que nuestras certezas nos cierran al otro, nos arman, nos estructuran. Se nos olvida que él se revela a los sencillos. Que llenándonos de saberes no encontramos el camino. Que el camino se forja con otros, no con técnicas y formas, ni con la tan valorada autosuficiencia. El camino se forja con cariño y entrega. Con el reconocer el agobio de tanta certeza y entregarse a la incertidumbre de no poder determinarnos solos, y necesitar de otros para caminar.

Paloma Del Villar T.


1 comentario:

Feña González E. dijo...

Es increible como muchas cosas por obvias se callan y por calladas se olvidan, siendo claramente éste tema uno de ellos.
Ayer ví la película "despertares" (la que me recordó mucho también a la columna de Cristián Warnken "a ti" publicada en el mercurio el 06 de marzo) en las cuales me vi remecido profundamente al RE-acordarme que estoy vivo! La gran mayoría de nuestra vida no somos conscientes de ello siendo este uno de los dones (si esque no es "EL" don) en que se puede sentir y vivir más concretamente la caridad -el amor de Dios- y del cual debiesemos estar constantemente agradecidos.
Esta triada -obvio/callado/olvidado- se repite siendo el mismo mecanismo por el cual nos perdemos en la vorágine de nuestra sociedad y "sin querer queriendo" nos volvemos una tuerca más de esta inmensa máquina que no hace más que fomentar el individualismo y "crecimiento personal" fundado en nada más que mirarnos el ombligo, y reconocer que cosas ME sirven y dejar de lado las que no ME sirven.
Gracias Paloma, linda forma de graficar un sentimiento que comparto plenamente contigo.